El dolor de ciática puede ser incapacitante.
No es fácil determinar qué causa esta patología, pero encontramos que algunas de las fuentes más comunes, son: obesidad, sedentarismo, malos hábitos posturales, estrés, exceso de actividad deportiva, lesiones traumáticas y fracturas, factores neurológicos, trabajos físicamente exigentes y, en ocasiones, el embarazo, entre otras causas.
Las molestias más comunes que se presentan en este padecimiento, son:
Hormigueo o adormecimiento en la pierna.
Dolor en la parte baja de la espalda, que se extiende hacia la pierna; puede ser leve o muy fuerte.
Cierta debilidad en los músculos del lado afectado: glúteo, pierna y hasta el pie y sus dedos.
El dolor puede aumentar de intensidad con movimientos tales como estornudos, toser, estiramientos o inclinaciones.
No ayuda tampoco el permanecer sentado en la misma posición por mucho tiempo.
El dolor que provoca la ciática puede llegar a ser tan fuerte que incluso provoca molestias y obstáculos para conciliar el sueño. Por tanto, sería normal pensar que lo recomendado para recuperarse sería guardar reposo, pero esto es incorrecto; para aliviar el dolor del nervio ciático se sugiere hacer ejercicio, ya que la inactividad tiende a empeorar el dolor. El ejercicio permite que los nutrientes y los líquidos que se encuentran dentro de los discos de la columna vertebral fluyan y se intercambien, manteniéndolos saludables y evitando así la presión en el nervio ciático.
Aquí te presento cinco ejercicios que te pueden ayudar a controlar este problema:
Espalda: es necesario estirarla, para lo cual, deja caer el torso desde la cabeza vértebra por vértebra llévalo hacia delante manteniendo las rodillas ligeramente dobladas. Ahora balancea tu espalda de un lado a otro muy suavemente. Regresa a la posición original lentamente, sintiendo como vértebra por vértebra tu espalda se endereza.
No es fácil determinar qué causa esta patología, pero encontramos que algunas de las fuentes más comunes, son: obesidad, sedentarismo, malos hábitos posturales, estrés, exceso de actividad deportiva, lesiones traumáticas y fracturas, factores neurológicos, trabajos físicamente exigentes y, en ocasiones, el embarazo, entre otras causas.
Las molestias más comunes que se presentan en este padecimiento, son:
Hormigueo o adormecimiento en la pierna.
Dolor en la parte baja de la espalda, que se extiende hacia la pierna; puede ser leve o muy fuerte.
Cierta debilidad en los músculos del lado afectado: glúteo, pierna y hasta el pie y sus dedos.
El dolor puede aumentar de intensidad con movimientos tales como estornudos, toser, estiramientos o inclinaciones.
No ayuda tampoco el permanecer sentado en la misma posición por mucho tiempo.
El dolor que provoca la ciática puede llegar a ser tan fuerte que incluso provoca molestias y obstáculos para conciliar el sueño. Por tanto, sería normal pensar que lo recomendado para recuperarse sería guardar reposo, pero esto es incorrecto; para aliviar el dolor del nervio ciático se sugiere hacer ejercicio, ya que la inactividad tiende a empeorar el dolor. El ejercicio permite que los nutrientes y los líquidos que se encuentran dentro de los discos de la columna vertebral fluyan y se intercambien, manteniéndolos saludables y evitando así la presión en el nervio ciático.
Aquí te presento cinco ejercicios que te pueden ayudar a controlar este problema:
Espalda: es necesario estirarla, para lo cual, deja caer el torso desde la cabeza vértebra por vértebra llévalo hacia delante manteniendo las rodillas ligeramente dobladas. Ahora balancea tu espalda de un lado a otro muy suavemente. Regresa a la posición original lentamente, sintiendo como vértebra por vértebra tu espalda se endereza.
Estirar la espalda es un gran ejercicio para tratar el dolor del nervio ciático.
Caderas: de pie con las rodillas semiflexionadas, mueve la pelvis hacia delante y hacia atrás con movimientos muy suaves. Hasta donde el dolor te lo permita, tus rodillas siempre deben estar paralelas.
Lumbares: recuéstate en el suelo boca arriba; coloca los brazos en cruz, con las palmas hacia el suelo para controlar el peso y tus piernas flexionadas. Lentamente, baja las rodillas a un lado y al otro, manteniendo la posición por algunos segundos; el contacto con el piso masajeará y relajará la zona lumbar.
Caderas: de pie con las rodillas semiflexionadas, mueve la pelvis hacia delante y hacia atrás con movimientos muy suaves. Hasta donde el dolor te lo permita, tus rodillas siempre deben estar paralelas.
Lumbares: recuéstate en el suelo boca arriba; coloca los brazos en cruz, con las palmas hacia el suelo para controlar el peso y tus piernas flexionadas. Lentamente, baja las rodillas a un lado y al otro, manteniendo la posición por algunos segundos; el contacto con el piso masajeará y relajará la zona lumbar.
Este ejercicio masajea la zona lumbar.
Piernas: recuéstate en el piso en una posición cómoda; ahora dobla tus rodillas llevándolas al pecho y sube la derecha sobre la izquierda, cruzándola. Abraza con las manos la pierna izquierda, acercando ambas piernas hacia el pecho. Debes ejercer un poco de resistencia con la pierna. Sostén la posición unos segundos y cambia de lado.
Aeróbico: los ejercicios más recomendados para aliviar el dolor de la ciática son los de bajo impacto, como caminar o nadar.
Piernas: recuéstate en el piso en una posición cómoda; ahora dobla tus rodillas llevándolas al pecho y sube la derecha sobre la izquierda, cruzándola. Abraza con las manos la pierna izquierda, acercando ambas piernas hacia el pecho. Debes ejercer un poco de resistencia con la pierna. Sostén la posición unos segundos y cambia de lado.
Aeróbico: los ejercicios más recomendados para aliviar el dolor de la ciática son los de bajo impacto, como caminar o nadar.
Considera nadar para librarte de esta molestia.
Date un espacio al día para realizar esta rutina, ya que te puede ayudar mucho a aliviar los molestos dolores de la ciática. Recuerda que debes ser constante y si la molestia es demasiada, no dudes en consultar a un especialista, ¡escucha a tu cuerpo!
Date un espacio al día para realizar esta rutina, ya que te puede ayudar mucho a aliviar los molestos dolores de la ciática. Recuerda que debes ser constante y si la molestia es demasiada, no dudes en consultar a un especialista, ¡escucha a tu cuerpo!
Texto: Gabrimar Lascurain