El diputado titular del bloque UCR-Cambio Federal, Diego Garciarena, en las últimas horas presentó un proyecto para institucionalizar y reconocer por ley a los Juegos Bonaerenses, la tradicional competencia provincial que se realiza todos los años de forma ininterrumpida desde 1992, y que permite a niños, jóvenes, adultos mayores y personas con discapacidad representar a sus municipios en más de 100 disciplinas.
En concreto, la iniciativa de Garciarena establece otorgarle el carácter de “competencia anual” a los Juegos Bonaerenses, que actualmente cuentan con las facultades de un programa estatal. Además, el legislador radical propuso crear un registro histórico de datos para conformar una fuente de información fidedigna que sirva de consulta a la hora de tomar de decisiones.
“Los Juegos Bonaerenses representan la principal competencia deportiva y cultural de la provincia de Buenos Aires y se desarrolla de manera ininterrumpida desde hace más de 30 años, promoviendo el deporte y a la cultura como factor educativo e integrativo de salud física, psíquica y moral; y el derecho a la salud”, valoró el autor del proyecto.
Otro de los puntos que toca el diputado es la calendarización de los Juegos Bonaerenses, que consta de tres etapas: la fase municipal, que este año fue del 5 de mayo al 30 de junio; la regional, del 1 de julio al 31 de agosto; y la gran final, que en todas las ediciones tiene lugar en Mar del Plata y que en este 2024 arrancará el próximo lunes 28.
Justamente, el legislador oriundo de esa ciudad costera hace mención a la evolución de los Juegos Bonaerenses, que en su primera edición en 1992 contaba con 17 disciplinas deportivas y 13 culturales dedicadas exclusivamente a los jóvenes, pero que en 1996 sumó las categorías de Adultos Mayores y Personas con Discapacidad, en 2021 a los Estudiantes Universitarios y Terciarios, y en 2023 a las Personas Trasplantadas.
A esa oferta, se le fueron sumando una gran cantidad de propuestas hasta llegar a las 116 que ofrece el certamen bonaerense este año, que van desde los nuevos deportes electrónicos, conocidos como Esports, hasta algunos otros siempre vigentes como el ajedrez y la pesca, además de disciplinas artísticas como la poesía o el dibujo.
“Los Juegos Bonaerenses fomentan la práctica del deporte como un derecho fundamental, contribuyendo al bienestar físico y mental de los participantes. Las actividades culturales permiten que los participantes expresen su creatividad y talento, fortaleciendo la identidad local y la diversidad cultural”, señaló el diputado radical.
En rigor, los Juegos Bonaerenses dejaron una marca en la historia de la provincia de Buenos Aires dado que, pese a las recurrentes crisis económicas que causaron la suspensión de miles de eventos culturales e inclusive de un censo nacional, la competencia provincial nunca dejó de organizarse.
La contienda tiene tal relevancia, que los municipios del interior suelen despedir a sus delegaciones con caravanas hasta la salida a la ruta. Además, los Juegos Bonaerenses representan para muchos chicos la primera oportunidada para competir en sus disciplinas, llevando bien en alto la bandera de sus clubes y de su ciudad. Año tras año, se recopilan las historias de los jóvenes que cuentan que la primera vez que vieron el mar, fue con sus profesores y los amigos que se hicieron durante el transcurso de la competencia.
“A través de talleres y capacitaciones, los Juegos Bonaerenses ofrecen oportunidades para que los participantes desarrollen habilidades tanto deportivas como artísticas. Estas actividades promueven la interacción entre diferentes comunidades, creando lazos y fomentando un sentido de pertenencia”, mencionó el titular del bloque radical oficialista en la Cámara de Diputados.
Otro de los puntos destacados de los Juegos Bonaerenses es que, además de premiar a los deportistas vencedores de la provincia, también da la posibilidad de clasificarse a los Juegos Nacionales Evita, donde personas de todas las edades podrán medirse para competir en disciplinas para definir a los mejores del país.
“Este masivo evento que fomenta la recreación y el esparcimiento de los bonaerenses estimula también el desarrollo deportivo, ya que en cada competencia se conforman los selectivos que luego representarán a la provincia de Buenos Aires en los Juegos Nacionales Evita”, destacó Garciarena.
Los Juegos Bonaerenses y la pelea contra la ludopatía infantil
Haciéndose eco de una de las problemáticas que más atención le está prestando la política en el último tiempo, el diputado Garciarena resaltó que el carácter “comunitario” de los Juegos Bonaerenses fomenta un impacto positivo en la prevención de adicciones, como puede ser la ludopatía infantil.
“En un contexto de fuerte crecimiento de las plataformas de juego online y de la vulnerabilidad de las juventudes ante la ‘ciberludopatía’, integrar el deporte como una política pública en la estrategia de prevención de la ludopatía puede ser una medida eficaz para abordar no solo la adicción al juego, sino también promover un estilo de vida más saludable y sostenible”, indicó el legislador.
Frente a este flagelo, en la Legislatura bonaerense ingresaron decenas de proyectos que apuntan a frenar el avance de la ludopatía y, posteriormente, el oficialismo sugirió la creación de una comisión Bicameral para consensuar los textos con la oposición, idea que hasta el momento quedó en la nada.
En paralelo, el pasado 3 de octubre el gobernador Axel Kicillof oficializó una Mesa Interministerial para la prevención y tratamiento del Juego Compulsivo Problemático Adolescente que puso en marcha un puñado de campañas, pero que no avanzó en el diálogo con la Legislatura para darle una solución de fondo a la ludopatía infantil.
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